La concepción individual del mundo lo podemos definir como los principios por los que un sujeto rije su conducta. Estos principios o creencias, en muchas ocasiones, estarán de manera inconsciente en el sujeto, pero muy presente en la sociedad en que éste vive. Ésta influirá de distinta forma según sea el sujeto, pues esta influencia será mayor o menor en función de la relación entre la realidad social y la vivida directamente por el individuo.
Las concepciones del mundo presentarán unas pautas según las distintas culturas, siempre en función del credo religioso-moral o del sistema imperante en en las distintas tradiciones o épocas.
La concepción del mundo contiene esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles (intersubjetividad y su capacidad para posibilitar previsiones exactas ) por los métodos decisorios del conocimiento positivo, verificación o falsación empírica y la argumentación analítica, bien deductiva o inductiva.
Una auténtica concepción del mundo debe contener enuciados acerca de la existencia de Dios, de la finitud o infinitud del Universo, del sentido o falta de sentido de estas cuestiones, etc, y dichos enunciados no serán suceptibles de demostación o refutación de la misma manera que en las ciencias, por ello es importante mantener la distinción entre conocimiento positivo y concepción del mundo.
Por otro lado, la concepción materialista y dialéctica del mundo, se sostiene en las ciencias reales, supone la concepción de lo filosófico como un nivel del pensamiento científico. La explicación de los fenómenos debe buscarse en otros fenómenos, en el mundo, y no en instancias superiores al mundo. Es por tanto la base del hacer científico, ya que se reduciría al absurdo si llegara en algún momento a admitir la acción de causas no naturales. Este Materialismo unido a la dialéctica, que se inspira en las limitaciones de éste, son los principios de la concepción comunista del mundo.
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